Las enredaderas son las plantas que más elegancia y estética aportan a los jardines y superficies verticales. Ellas son un excelente recurso para cubrir los muros o vallas y, a la vez, conseguir un toque natural y destacado en esa zona.
Si estás pensando en usar estas plantas dentro de tu decoración, es probable que te preguntes cómo se reproducen las enredaderas, y en este post te daremos todas las respuestas.
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Existen 5 métodos principales para reproducir las enredaderas, los cuales son por semilla, por esqueje, división de la planta y por un acodo.
A continuación vamos a explicar cada una de estas formas de multiplicar o reproducir las enredaderas:
Aunque esta alternativa parece ser la forma más sencilla de reproducir las enredaderas, en realidad no es tan fácil como se cree.
Para hacerlo, deberás tener una buena semilla que esté certificada, ya que, por lo general, no suelen dar los brotes con tanta facilidad.
Una vez que ya la obtengas, deberás elegir la zona en la cual plantarás la semilla, la cual puede ser en el suelo, en una maceta o en un recipiente.
Ahora, procede a enterrar la semilla a menos de 5 cm de profundidad. Solo cuida que sea en un sustrato adecuado, rico en perlita y que tenga una buena porosidad. De lo contrario, las raíces no tendrán mucha fuerza para llegar a la superficie.
Debes regar la semilla cada dos días y mantener el recipiente en una zona en la cual le pegue la luz solar a diario.
Ahora toca esperar de unas 12 a 16 semanas, hasta ver los primeros rebrotes de la planta.
Este es el método más acertado y seguro de reproducir las enredaderas. Se trata de tomar una porción de la planta, que puede ser del tallo o de la raíz, para que se enraíce y pueda formar nuevas plantas.
Es conveniente que el material se tome en los meses de otoño o invierno si quieres lograr la reproducción por esquejes.
La parte que tomaste de la planta la puedes colocar en la heladera o en un envase con agua para que le broten nuevas raíces.
La porción que se recomienda para asegurar el éxito de la reproducción, debe ser de unos 6 a 10 milímetros de diámetro y de unos 10 a 30 cm de longitud. Procurando que la planta madre tenga al menos 1 año de edad.
Cuida que la base de cada estaca sea cortada, de preferencia, por debajo del nudo. Asimismo, el corte debe ser tipo bisel, o sea, inclinado.
Cuando ya el esqueje tenga sus propias raíces, lo cual sucede como a las 3 semanas, planta la estaca en un sustrato que sea de perlita o turba.
Lo mejor es que los hagas en macetas individuales, para que después puedas guiar sus ramas hacia el sitio definitivo en donde las vas a colocar.
Esta técnica consiste en tratar de conseguir un tallo con raíces sin separarlo de su madre. Después que ya se ha enraizado, se separa y se planta en el sitio definitivo en donde irá la enredadera.
Para hacerlo, se toma una rama larga y flexible de la trepadora, el cual deberás curvarlo hasta el suelo. Luego se le hace una pequeña incisión en donde la rama se doble. Después se entierra cubriendo solo esa zona (donde hiciste el pequeño corte), para que se formen las nuevas raíces.
Deberás regar esa rama todos los días y tratar de mantenerla libre de mala hierba.
Lo mejor es hacer este proceso en el otoño, para que a final de invierno se pueda separar esa rama de la planta madre. Ya en ese periodo debería tener sus propias raíces y soportar el corte.
Lo que sigue es el mismo procedimiento que con el método del esqueje. Es decir, sembrarla en la zona en la cual quedará definitivamente plantada la enredadera.
Este es otro método muy factible para conseguir que las enredaderas se multipliquen. De hecho, es una técnica sencilla y rápida de hacer. Solo que nada más aplica para las especies que tengan nuevos brotes en el suelo o para aquellas cuyas raíces sean espesas y se puedan separar sin dañar a la planta madre.
Consiste en extraer de la tierra el cepellón y las raíces. Esto se debe hacer con la tierra húmeda para evitar que las mismas queden “peladas” y no se reproduzca la planta.
La idea es extraer la nueva planta del suelo o separar las raíces, utilizando una azada y tratando de dañar lo menos posible a la nueva planta que está brotando.
No olvides asentar bien con las manos la tierra y las raíces nuevas, para asegurarte de que no se dañen o queden sin sustrato.
Luego, riega la zona donde colocaste la división de la planta por lo menos una vez al día, durante unos 15 días continuos.
Cuando consigas reproducir tu enredadera, deberás aplicarle ciertos cuidados, que, aunque no son intensivos, son necesarios para que la planta crezca frondosa y mullida.
Si sigues estos consejos vas a tener una hermosa enredadera que va a adornar con mucha elegancia el jardín, la terraza o cualquier zona de tu casa.